Un diamante cultivado en laboratorio, también conocido como diamante sintético, es un diamante que se produce en un entorno controlado, en lugar de extraerse de la tierra. Los diamantes cultivados en laboratorio son química y físicamente idénticos a los diamantes naturales, y tienen el mismo brillo, fuego y durabilidad.

¿Cómo se crean los diamantes cultivados en laboratorio?

Hay dos métodos principales para cultivar diamantes en laboratorio: síntesis de alta presión y alta temperatura (HPHT) y deposición química de vapor (CVD).

• Síntesis HPHT: Este método replica las condiciones en las que se forman los diamantes de forma natural, sometiendo una fuente de carbono a alta presión y temperatura. La fuente de carbono puede ser una semilla de diamante o un material rico en carbono como el grafito.
• CVD: Este método consiste en depositar capas de átomos de carbono sobre una semilla de diamante mediante plasma o vapor químico. Los átomos de carbono son aportados por un gas que se descompone en sus elementos constituyentes.

Existen varios beneficios potenciales al elegir diamantes cultivados en laboratorio en lugar de diamantes extraídos:

• Asequibilidad: los diamantes cultivados en laboratorio suelen ser mucho más asequibles que los diamantes extraídos. Esto se debe a que el costo de la extracción y el procesamiento de los diamantes es alto y la oferta de diamantes extraídos es limitada.
• Ética y sostenible: la extracción de diamantes puede tener un impacto negativo en el medioambiente y en las comunidades donde se lleva a cabo. Los diamantes cultivados en laboratorio se producen sin ninguno de estos impactos negativos.
• Transparencia: La procedencia de los diamantes cultivados en laboratorio suele ser mucho más clara que la de los diamantes extraídos de minas. Esto se debe a que los diamantes cultivados en laboratorio se producen en entornos controlados y su producción está bien documentada.